(El Cándido, de Françoise Marie Arouet)
Convendría leer al Cándido de Voltaire de cuando en vez. Lo debían de hacer los que aspiran a cargos públicos, hoy que están tan desprestigiados los políticos, acaso con razón, pero no debemos olvidar que no es la prisión la solución y sí la conciencia que anda, al pa

La palabra candidato deriva de cándido y éste del latín “candidatus”. Como sustantivo significa pretendiente, el que aspira a un cargo.Como adjetivo, según Suetonio, era igual a blanco. Vestido blanco. Blanco significa puro, limpio.En la antigua Roma las personas que aspiraban a un cargo de los elegidos por votación, iban a las plazas públicas vestidos de blanco y esta era la propaganda que hacían para que los votantes supieran que eran candidatos a un cargo concreto.
Pureza, limpieza de espíritu. Es lo que queremos los votantes que esté siempre presente en nuestros candidatos, para ser Diputados, para cualquier cargo ya del Estado, Comunidad Autónoma o Municipio.
No siempre los candidatos de la antigua Roma eran puros, pero al menos esa era su propaganda. En su interior posiblemente aleteara el deseo de enriquecerse, de utilizar el cargo para rodearse de personas influyentes, de vestirse el ropaje de los negocios, de aspirar a ser importantes, Pero para los votantes era el puro, el que cumpliría su palabra, el que dedicaría a la función pública su esfuerzo, su sabiduría y su capacidad para obrar.Éste, se supone era el motivo que le llevaría a aquellos señores romanos a vestirse de blanco, de pureza, de limpieza de espíritu para ir al “ágora” con el uniforme de los puros.Las circunstancias suelen, a veces, torcer los deseos. Luego vienen los “imponderables”. No todo lo que se desea por bueno y noble que sea, se puede hacer. Motivos de Estado, se solía decir cuando el dictador de turno quería saltarse las normas y actuar de acuerdo con sus intereses particulares o de clase, ahora

Granada, Noviembre 2,009
Dionisio Carrillo Robles.